14 septiembre, 2023
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GENOMA DEL ROBO (GDR), LA METODOLOGIA CONTRA LA INTRUSIÓN.
La metodología Genoma del Robo es una metodología muy eficaz para evitar los robos en nuestras viviendas y empresas, se trata de soluciones efectivas, personalizadas, para cubrir cualquier necesidad, evaluando los riesgos y considerando tanto el impacto patrimonial como el emocional. No se trata de acumular “cacharros” para tener más seguridad, si no de dar una solución eficiente y equilibrada.
GDR es una metodología que gira sobre cuatro ejes fundamentales: evaluación de seguridad, diagnóstico, diseño e implantación. Todo ello teniendo en cuenta aspectos como el estilo de vida y los hábitos de la familia, además de seguir la filosofía de la defensa en profundidad, es decir, concatenando capas de seguridad que hagan desistir al ladrón de cometer el delito.
Es un proceso que se debe seguir fase a fase, con rigurosidad, debe hacerse por personal acreditado en la metodología y se debe tener en cuenta dónde compramos los materiales y quién lo ejecuta.
En la fase de Evaluación
se realiza una entrevista con el cliente dónde se evaluaran los hábitos, el estilo de vida de la familia y el entorno de la vivienda. Nos centraremos en determinar dos factores: el riesgo (criticidad) que tenemos de sufrir un robo y la posibilidad de que este suceda.
El primer factor, la criticidad, está directamente vinculada al impacto que nos produciría un robo a nivel emocional y a nivel económico, así como a la capacidad de recuperación tanto económica como emocional. En estas cuestiones, cada hogar tiene sensibilidades diferentes: hay personas que no soportan la idea de que alguien haya vulnerado su privacidad, su intimidad, indistintamente del valor de las pertenencias sustraídas, unas veces porque éstas están aseguradas, otras porque son de fácil reemplazo, etc. Sin embargo, también nos podemos encontrar con personas que guardan en sus casas enseres de un valor elevado o de difícil reemplazo, Estas sensibilidades debemos tenerlas en cuenta y ponerlas en valor.
Una vez tengamos el factor criticidad definido, cruzaremos con el rango de Posibilidad, que mide cómo de posible es que, en el caso de sufrir un intento de intrusión, el intruso logre vulnerar las defensas de la vivienda. Este valor nos lo dan los siguientes parámetros:
- La Vulnerabilidad: se refiere a las medidas técnicas de defensa de nuestra vivienda.
- La Atractividad: cómo de apetecible es nuestra vivienda para un ladrón.
- La Oportunidad: tiene que ver con el tiempo que la vivienda estará vacía. Influye directamente en las otras dos variables.
En la fase de diagnóstico
tratamos de establecer el riesgo técnico y global que tiene la vivienda en base a los datos arrojados por el Evaluador de Seguridad.
La fase de diseño
se hará aplicando el concepto de defensa en profundidad, concatenando capas o anillos de seguridad, fusionando las defensas físicas con las electrónicas, consiguiendo de este modo un desgaste tanto a nivel físico como psicológico en el intruso, haciéndole ver que corre un riesgo muy elevado de ser detectado y detenido por las fuerzas y cuerpos de seguridad.
La fase de implementación
se debe hacer por personal acreditado en la metodología, no se puede dejar en manos de instaladores que no tengan los conocimientos de la metodología ya que corremos el riesgo de que se implementen las medidas de una forma incorrecta, saboteando el resultado final.
Una vez implementado, el sistema debe ser mantenido correctamente y por personal especializado. De modo contrario, corremos el riesgo de sufrir el funcionamiento incorrecto de alguno o algunos de los elementos o, en casos más graves, que la tecnología del sistema quede obsoleta.